
Déficit de habilidades motoras
El déficit de habilidades motoras se refiere a la dificultad con la coordinación y el control de los movimientos, que puede afectar la capacidad de una persona para realizar actividades cotidianas. Las habilidades motoras se dividen en habilidades motoras gruesas (movimientos amplios que involucran todo el cuerpo, como caminar o saltar) y habilidades motoras finas (movimientos más pequeños y precisos, como escribir, abotonarse una camisa o usar utensilios). Un déficit de habilidades motoras puede afectar una o ambas áreas y puede ocurrir en niños, adolescentes y adultos debido a diversas afecciones fÃsicas, neurológicas o del desarrollo.

Tipos de déficit de habilidades motoras
1. Déficit de habilidades motoras gruesas:
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Las habilidades motoras gruesas implican movimientos de músculos grandes que se utilizan para tareas fÃsicas como caminar, correr, saltar y mantener el equilibrio. Un déficit en las habilidades motoras gruesas puede afectar la capacidad de una persona para participar en actividades fÃsicas y deportes, o incluso para realizar funciones diarias básicas como sentarse, pararse y caminar.
SÃntomas comunes:
Dificultad para caminar, correr o subir escaleras.
Falta de equilibrio y coordinación (por ejemplo, dificultad para mantenerse en pie sobre un pie).
Dificultad para saltar, brincar o saltar.
Dificultad con actividades como montar bicicleta o practicar deportes.
Retraso en el desarrollo de hitos en bebés o niños pequeños, como gatear o caminar.
Posibles causas:
Trastorno del desarrollo de la coordinación (DCD), también conocido como dispraxia: una afección neurológica que afecta la capacidad de planificar y coordinar movimientos motores.
Parálisis cerebral: Un grupo de trastornos que afectan el tono muscular, el movimiento y las habilidades motoras debido a una lesión cerebral o un desarrollo cerebral anormal antes o durante el nacimiento.
Traumatismo o lesión: una lesión cerebral, una lesión de la médula espinal o problemas ortopédicos como fracturas o problemas articulares pueden provocar déficits motores.
Trastornos genéticos: afecciones como la distrofia muscular o la atrofia muscular espinal (AME) pueden afectar la función muscular y la coordinación.
Afecciones neurológicas: un accidente cerebrovascular, la esclerosis múltiple (EM) o la enfermedad de Parkinson pueden causar problemas con las habilidades motoras en los adultos.
2. Déficit de motricidad fina:
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Las habilidades motoras finas implican movimientos más pequeños y delicados, como agarrar, pellizcar, escribir, dibujar y utilizar herramientas. Un déficit de habilidades motoras finas puede afectar las tareas que requieren precisión y control, como comer con cubiertos, vestirse, escribir o atarse los zapatos.
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Síntomas comunes:
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Dificultad para sostener o manipular objetos (por ejemplo, utilizar un lápiz, comer con utensilios).
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Problemas con tareas que requieren coordinación mano-ojo, como cortar con tijeras o abotonar una camisa.
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Mala letra (ilegible, muy lenta o desproporcionada).
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Torpeza o dejar caer cosas con frecuencia.
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Dificultad para aprender a atarse los zapatos o realizar otras tareas de cuidado personal.
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Dificultad para realizar tareas que implican un trabajo detallado, como utilizar un teclado de computadora o tocar instrumentos musicales.
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Posibles causas:
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Trastorno del desarrollo de la coordinación (DCD)/dispraxia: a menudo afecta tanto la motricidad fina como la gruesa, perjudicando la capacidad de realizar tareas que requieren coordinación y destreza.
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Trastorno del espectro autista (TEA): Los niños con TEA pueden mostrar retrasos o dificultades en el desarrollo motor fino.
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Parálisis cerebral: puede afectar tanto la motricidad gruesa como la fina dependiendo de la gravedad y el tipo de parálisis cerebral.
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Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): los niños con TDAH pueden mostrar déficits en la motricidad fina debido a problemas con la atención y el control de los impulsos, lo que afecta tareas que requieren concentración y precisión.
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Trastornos genéticos o cromosómicos: afecciones como el síndrome de Down o el síndrome del cromosoma X frágil pueden estar asociadas con retrasos en la motricidad fina.
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Afecciones neurológicas: Afecciones como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple (EM) o el accidente cerebrovascular pueden afectar las habilidades motoras finas debido a problemas de control motor y coordinación.
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3. Déficit de planificación motora (dispraxia):
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La planificación motora es el proceso de planificar y organizar los pasos fÃsicos necesarios para realizar una acción. La dispraxia es un trastorno del desarrollo que afecta la planificación motora, lo que provoca dificultades para ejecutar tareas que requieren un movimiento coordinado.
SÃntomas comunes:
Dificultad para realizar tareas motoras aprendidas (por ejemplo, vestirse, utilizar utensilios).
Problemas con tareas que requieren una coordinación compleja (por ejemplo, correr, bailar, deportes).
Problemas con actividades que implican pasos secuenciales, como cepillarse los dientes o atarse los zapatos.
Lucha por adaptarse a nuevas tareas o entornos fÃsicos.
Posibles causas:
Trastorno del desarrollo de la coordinación (DCD): la dispraxia suele ser parte de esta afección, en la que un niño o un adulto tiene dificultades con la coordinación motora y la planificación.
Lesión cerebral: el daño al cerebro, especialmente en las áreas responsables del control motor (como el cerebelo o la corteza motora), puede afectar la planificación motora.
Factores genéticos: Condiciones como el sÃndrome del cromosoma X frágil o el trastorno del espectro autista (TEA) pueden afectar las habilidades de planificación motora.

Signos y sÃntomas de déficit de habilidades motoras
1. Dificultad con tareas físicas básicas:
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Por ejemplo, torpeza, caídas frecuentes o dificultades para sentarse, caminar o correr.
2. Retraso en el desarrollo de los bebés y niños pequeños:
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Como gatear, caminar o estar de pie.
3. Torpeza:
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Torpeza: dejar caer objetos con frecuencia, chocar contra cosas o tener poca percepción espacial.
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4. Dificultad con las tareas de autocuidado:
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Dificultades para vestirse, asearse o utilizar utensilios para comer.
5. Mala letra:
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Escritura lenta, ilegible o inconsistente debido a problemas de motricidad fina.
6. Dificultad para participar en deportes o actividades fÃsicas:
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Dificultad con tareas que requieren coordinación o agilidad, como saltar, lanzar o mantener el equilibrio.